26 Jul La mente del consumidor: neuromarketing
Se trata de la unión entre el marketing y la neurociencia y su objetivo es tratar de explicar los procesos de toma de decisiones y cómo el cerebro humano reacciona ante los estímulos de compra. La neurociencia estudia qué áreas del cerebro se activan cuando una persona escoge una opción en vez de otra. El neuromarketing analiza el comportamiento del consumidor, sus emociones y motivaciones.
Veamos en este artículo varios ejemplos de neuromarketing que vives a diario en un centro comercial o en un supermercado.
Cuando vamos a grandes superficies, nos encontramos siempre con grandes carros con ruedas. Los carros suelen ser tan grandes para dar sensación de que pueden comprar muchas cosas, y las ruedas suelen estar torcidas para que siempre giren hacia las estanterías y te fijes en más productos.
Otro ejemplo es la percepción olfativa, es decir, ese obrador en el pasillo horneando pan o ese olor a perfume cuando entras a una tienda de cosmética e higiene.
En las tiendas de ropa y en los mismos supermercados, la localización de los productos no está hecha al azar, sino que tiene detalladamente hecho su estudio y el porqué de su ubicación. En los supermercados, los productos de primera necesidad siempre están al final del todo, para que tengas la obligación de pasar por todos los pasillos y así incitar a comprar más. Y la posición del producto dentro de la estantería también está dispuesta de una forma determinada. Los más caros estarán siempre a la altura de los ojos y por tanto más accesible, y los más baratos se encontrarán muy arriba o muy abajo para que tengas que hacer un esfuerzo.
Otro factor importante en el neuromarketing es la percepción auditiva. ¿Por qué ponen música en los establecimientos? En los supermercados, la música suele ser lenta y tranquila para que estés más tiempo en el establecimiento; mientras que en las tiendas de ropa, dependiendo del público la música será de un estilo u otro.
El precio acabado en ’99 también da la sensación de ser más barato, aunque en el fondo sepamos que la diferencia es de un céntimo.
Además, el desorden en las tiendas de ropa da la sensación de rebajas y por tanto, que toda la ropa que forme parte del caos será más barata. Y muchas veces, incluso la luz influye. Existen tiendas de ropa que son muy oscuras, pero hay focos de luz que señalan un producto que desean vender más que otros, y los hace más interesantes, más especiales.
El neuromarketing está en nuestro día a día. ¿Sabéis algún ejemplo más de esta ciencia del marketing? ¡Esperamos tu opinión!
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